79-80: El UEMC Baloncesto Valladolid roza la gesta y cae en la última posesión ante Estudiantes

Hazaña inconclusa, o no, del UEMC Baloncesto Valladolid. Los morados no pudieron superar a todo un Movistar Estudiantes, equipo de superior categoría y gran candidato al ascenso a la ACB, pero dominaron durante más de 30 minutos y compitieron de igual a igual durante los 40 minutos y eso ya es una gesta en sí. El cuadro vallisoletano llegó con las opciones intactas a los últimos minutos y tuvo bola para ganar, pero Pau Isern, quien ya lo logró ante Ponferrada, erró y los colegiales se llevaron la eliminatoria (79-80). Un Movistar Estudiantes que, fuera de toda duda, tuvo que emplearse a fondo con todo y con todos. Y para muestra, la minutada que tuvieron que jugar sus hombres importantes. Ese es el mejor reflejo del nivel ofrecido por el UEMC Baloncesto Valladolid y todo lo que exigieron a los del Ramiro para lograr el pase a octavos de final de la Copa España. Esa ambición local quedó plasmada desde que se lanzó la bola al aire y hasta la posesión final. Sin tapujos y fieles a sí mismos, tal y como prometió David Barrio en la previa, los morados salieron con mucha hambre, intensidad y sobrados de garra ante todo un Movistar Estudiantes. Y fruto de ese ímpetu llegaron las primeras ventajas para los locales. Aunque los colegiales iniciaron la eliminatoria con acierto, el UEMC Baloncesto dominó buena parte del primer cuarto… y del partido. Desde el 6-5 hasta el 20-19 que cerró el primer acto, prácticamente todo el periodo fue de color morado. Los de David Barrio llegaron incluso a tener una renta de siete puntos (20-13), jugando con mucha fluidez y descanso, hasta obligar a Toni Ten a pedir el primer tiempo muerto de la eliminatoria. Tras la arenga mejoraron los colegiales y recortaron buena parte de la diferencia, pero la realidad es que los vallisoletanos despidieron los primeros diez minutos por delante (20-19) y con el sueño de los octavos intacto. Movistar Estudiantes, de menos a más, recuperó el mando momentáneamente al inicio del cuarto (20-21) y encadenó varios triples consecutivos, pero el UEMC Baloncesto Valladolid también presumió de pólvora y mostró sus credenciales ante uno de los transatlánticos de Primera FEB. Los triples de Haney, la calidad de Isern y los puntos de Iñaki Ordóñez (todos ellos terminaron la primera parte con 10 puntos) neutralizaron los zarpazos de tres de Filipovic y Salin y pusieron a los pucelanos de nuevo por delante (32-27). 15 minutos de juego y las opciones de los vallisoletanos, aún intactas. El técnico visitante tuvo que pararlo de nuevo y cortar la escapada morada, y encontró en un arbitraje favorable al ‘grande’ a un aliado inesperado para frenar la inercia local. El concierto arbitral cargó de faltas al UEMC Baloncesto Valladolid, con técnica incluida contra David Barrio, pero ni con esas se descompusieron las ardillas. El cuadro del Pisuerga volvió a graduarse y demostrar, como en las últimas semanas, que sabe jugar los momentos calientes, que tiene carácter, sabe levantarse y que gestiona bien las adversidades. Poniendo todo eso en juego, las ardillas resistieron el escarnio colegial, de los de negro y los de azul, y alcanzó el descanso todavía por delante de Movistar Estudiantes (45-44). El UEMC Baloncesto Valladolid roza una gesta histórica Tras 20 minutos brillantes y plantando cara no solo ante un equipo de superior categoría, sino a unos de los principales candidatos al ascenso a la Liga ACB, el UEMC Baloncesto Valladolid estaba igualando a los madrileños en todos los registros, salvo en las pérdidas. Fue el único debe local en una primera parte sobresaliente, y prueba del nivel competitivo que ostenta actualmente el conjunto de las ardillas. Faltaba refrendarlo con más minutos de igual a igual, pero la primera meta ya estaba cumplida de sobra: dar la talla ante Movistar Estudiantes y pelear por la victoria. Pero las ardillas querían más. Incluso el listón arbitral cambió tras el tiempo de asueto, con varias faltas señaladas contra los estudiantiles que los metieron en bonus (45-47 con 8 minutos de cuarto restantes). Las idas y venidas a la línea de personal permitieron a los vallisoletanos sumar de tiro libre en tiro libre y superar así la defensa de los madrileños, que claramente dieron un paso adelante en el tercer cuarto. Los de Toni Ten subieron líneas, el nivel físico y de contactos y lograron sacar la cuarta personal de Fares Ochi, dejando el juego interior bajo mínimos para lo que restaba de eliminatoria. Esa mejoría atrás atascó a un UEMC Baloncesto Valladolid que dejó de ver el aro con tanta facilidad y encadenó varios minutos sin anotar. Movistar Estudiantes creció desde la defensa y volteó el resultado (53-56). Ese fue el punto de inflexión que buscaban los visitantes y que terminaron encontrando, impulsados por un contundente parcial de 3-14 que les permitió llegar por delante al último cuarto (57-63). Y ni con esas capituló el Pucela. Los de David Barrio lo dieron todo, pero con las piernas cansadas sufrían para parar todos los ataques visitantes y estos, con tiros más liberados, no perdonaron desde el perímetro. Triple a triple, los de Toni Ten se mantuvieron ese valiosísimo botín de siete puntos y llegar a los últimos cinco minutos con un colchón importante. Parecía que lo tenían ya en la mano, pero a los locales les quedaba mucho que decir. Posesión a posesión, los pucelanos se levantaron con un parcial de 6-0 y llegaron a los minutos finales por delante. Impresionante. Con 75-74, un triple de Patricio Garino, un tipo con experiencia en la NBA, Euroliga y ACB, se pusieron por delante los visitantes (75-77), pero las ardillas encararon los últimos minutos con ventaja y posesión. Con 79-77 el UEMC Baloncesto Valladolid tuvo bola, erró y Sam Taiwo cazó el rebote, pero le pitaron pasos. 25 segundos en el crono y bola para Movistar Estudiantes cuando podía haber sido local. Y ahí emergió otro superclase como Sasu Salin, quien apareció liberado para clavarla de tres. 79-80 y última

95-70: La tercera victoria para mantener la imbatibilidad

Tercera jornada de liga, tercera victoria para el UEMC Baloncesto Valladolid. El cuadro de David Barrio se impuso con holgura a un combativo y acertado Castillo de Gorraiz Valle de Egüés que peleó hasta el descanso, pero que cedió en el tercer periodo tras un gran parcial de los morados. Los locales firmaron un encuentro muy completo, serio atrás, con seriedad y fluidez adelante, y dominado de principio a fin. Las ardillas recuperaron tras lesión a Pau Isern y Sam Taiwo y su vuelta fue clave para recuperar frescura en la rotación y sumar el tercer triunfo liguero y quinto oficial consecutivo (95-70). El UEMC Baloncesto Valladolid, así, cumplió a la perfección con el plan. El primer paso radicaba en firmar un buen inicio y evitar cualquier atisbo de duda en un partido trampa y ante un rival incómodo. Mandar desde el principio y no dar opción era capital, y las ardillas se pusieron a ello sacando rédito de sus primeras posesiones. Muy efectivos en ataque y certeros desde la larga distancia, los locales fueron abriendo brecha paulatinamente y alcanzaron rápidamente la barrera de los 10 puntos con el segundo triple en la cuenta particular de ‘Ice’ Haney (16-5). Lo paró con tiempo muerto el técnico José Javier Unzué, pero los de David Barrio olieron la sangre y siguieron con la escapada a base de triples. La entrada de la segunda unidad morada no solo no frenó la inercia, sino que hizo todavía más grande el colchón y rozaron la cota del +20 con un brillante Hanna (26-7 y 11 puntos del norteamericano en apenas 5 minutos), aunque cerraron el primer acto con 13 de ventaja. Los triples visitantes, con 4 anotados (de 8 intentos) y aprovechando la ligera complacencia local, permitieron a Castillo de Gorraiz Valle de Egüés recuperar terreno (31-18). El conjunto navarro continuó volcando sus ataques al triple, con buen criterio y acierto, y mantuvo el margen ante un UEMC Baloncesto Valladolid que quiso volver a dar otro estirón. Pero los vallisoletanos volvieron a romper el partido. Haciendo daño al contraataque y mucho más fluidos en ataque, con paciencia y moviendo la bola de maravilla, las ardillas volvieron a colocar la máxima de +19 en un visto y no visto (42-23). Pero se repitió el guion del primer acto. Verse tan arriba hizo que el UEMC Baloncesto Valladolid se relajase ligeramente y permitió que los foráneos se acercasen poco a poco. Un nuevo tiempo muerto de José Javier Unzué cortó de raíz la dinámica favorable a los locales y estos, atascados momentáneamente, cedieron parte de la ventaja. Un parcial de 2-9 acercó a Castillo de Gorraiz Valle de Egüés de nuevo (44-32) y ahora fue David Barrio quien lo paró. La réplica fue positiva para las ardillas y el enésimo estirón aumentó la ventaja al descanso (52-36). Estirón definitivo en el tercer cuarto La vuelta de Isern y Taiwo aportó mucha frescura a la rotación del UEMC Baloncesto Valladolid y alivió la carga de minutos, mejorando la versión de un cuadro, el pucelanos, que podía haber resuelto de no ser por el acierto exterior del conjunto navarro (7 de 15 en la primera parte). Pero los de David Barrio reanudaron la marcha con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a dar el enésimo y definitivo tirón. Por momentos el encuentro se convirtió en un concurso de triples en el cual el más acertado iba a marcar las diferencias, al menos en este tramo del duelo. Y fueron los del Pisuerga quienes respondieron con puntería y contundencia. Los triples de Iñaki Ordóñez, sobresaliente de nuevo en todas las facetas del juego, y Pablo Marín, más liberado sin tener que jugar una minutada larga, dispararon a un UEMC Baloncesto Valladolid que, por fin, terminó de romper (66-43). Castillo de Gorraiz Valle de Egüés ya no pudo levantarse más. Aunque los navarros son hincaron la rodilla tan pronto y siguieron compitiendo, ya no pudieron ponerse a tiro ni optar a la victoria. Así las cosas, el cuadro vallisoletano encaró los últimos diez minutos con 26 de ventaja (78-52) y vivió de las rentas en el cuarto periodo. Repartiendo minutos, liberando piernas aprovechando la mayor rotación que ofrecía la vuelta de los lesionados, el último cuarto no tuvo mucha historia ni sobresaltos. Los de David Barrio mantuvieron siempre a raya al equipo navarro y rubricaron con holgura el tercer triunfo de la temporada por 95-70. La victoria es, además, la quinta oficial consecutiva de los morados si sumamos los de Copa España. El UEMC Baloncesto Valladolid, sin mucho tiempo para preparar la próxima cita, recibirá este martes a las 20.00 horas al Movistar Estudiantes en la eliminatoria a partido único de los dieciseisavos de final de la competición copera. Ficha técnica: 95 – UEMC Baloncesto Valladolid: Pablo Marín (6), Isaac ‘Ice’ Haney (16), Pablo Martín (0), Iñaki Ordóñez (11), Mohamed Fares Ochi (6) -quinteto inicial-. También jugaron: Samuel Taiwo (17), Jacob Hanna (13), Juan García-Abril (6), Juan Rodríguez Neri (0), Pau Isern (9), Pablo Martín (11) y Lucas Barnes (0). 70 – Castillo de Gorraiz Valle de Egüés: Alejandro Rubiera (4), Pablo Yarnoz (5), Jaxon Knotek (14), James Potier (7), Jean-Baptiste Djery (5) -quinteto inicial-. También jugaron: Alexander Calvo (8), Pau Elso (0), Javier Lacunza (13), Cedomir Zizic (6), Nahuel del Val (8) y Pablo Fernández (-). Parciales: 31-18, 21-18, 26-16 y 17-18 (95-70 final). Árbitros: Alejo Sánchez, Andrea y Cotta Ávila, Daniel. Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Segunda FEB, disputado en el Polideportivo Pisuerga el sábado 18 de octubre de 2025 ante alrededor 2500 espectadores.    

80-98: Tercer triunfo consecutivo del UEMC CBC para cerrar la pretemporada

Súper Agropal Palencia en un test de preparación, Clínica Ponferrada SDP y Círculo Gijón en Copa España: tres triunfos consecutivos del UEMC CBC Valladolid para cerrar la pretemporada. De menos a más, el cuadro de David Barrio concluyó la puesta a punto con una nueva y convincente victoria copera en la pista de un recién ascendido (80-98), y pone fin a cuatro semanas de trabajo intensas marcadas por las bajas, pero también por la rápida asimilación del estilo que pretende inculcar el técnico vallisoletano. Y no es otro que basar la idiosincrasia del equipo en un nivel defensivo muy alto, solidez para asegurar el rebote y poder correr en transición para sumar puntos. Esa consigna la volvió a plasmar a la perfección el Pucela y en ella participaron, por fin y después de superar sendas lesiones, Pablo Marín y Pau Carreño, quien cayó lesionado de nuevo después de recibir un golpetazo en el hombro y acabó con el brazo derecho en cabestrillo. Una más a la infausta lista. El base y el alero debutaron en el triunfo de los morados, el cual bien puede valer el pase a los dieciseisavos de final de la Copa España, aunque con la nota negativa de un nuevo problema físico para el alero catalán. En el puesto de base y ‘obligado’ por las circunstancias, David Barrio apostó por el sevillano de inicio, ya recuperado y sustituyendo como titular precisamente a Pau Isern, quien cayó a la enfermería este viernes. Uno que vuelve por otro que inicia su recuperación, infausta suerte en el puesto de ‘1’. Con el andaluz al mando y en su debut, el UEMC CBCV firmó un gran inicio con energía atrás y acierto en ataque, especialmente desde el perímetro, y un parcial de 5-11 para abrir el duelo copero. Con rotaciones cortas para no cargar a los suyos, Barrio optó por Hanna como segundo base cuando Pablo Marín descansaba. El técnico morado movió el banquillo continuamente y el equipo voló sobre el parqué hasta un importante +13 tras apenas cuatro minutos de juego (5-18). El entrenador local Nacho Galán trató de pararlo con tiempo muerto y en ese tramo también debutó Pau Carreño, inédito hasta ahora y ya recuperado, pero los vallisoletanos concluyeron el primer acto 15 arriba (10-25). En los primeros diez minutos las ardillas volvieron a demostrar su progreso y un sello de identidad bien marcado a pesar de llevar solo cuatro semanas de trabajo y con múltiples ausencias: defensa, solidez en el rebote y velocidad para correr en transición. En eso se basó el primer asalto en Gijón y así cimentaron una ventaja que creció aún más en el segundo. Los del Pisuerga cerraron su aro por completo durante cuatro minutos y abrieron aún más brecha con la consigna bien clara (10-33). Pero Círculo Gijón paró el parcial e inició la reacción para recortar parte de la renta. A pesar de la ventaja, los castellanos siguieron defendiendo con un nivel de contactos y físico altísimo, factor que igualaron los asturianos y que sirvió para reducir la distancia. Juan Rodríguez Neri y ‘Ice’ Haney también colaboraron con buenos minutos en el puesto de ‘1’ para suplir la baja de Pau Isern y las ardillas alcanzaron el descanso con una renta de 13 (30-43). La lesión de Pau Carreño, única nota negativa de un nuevo triunfo morado Con el único pero en las pérdidas (12 en la primera parte), el UEMC CBC Valladolid reanudó la marcha tal y como comenzó el partido: con más intensidad que el rival, muy concentrado y acertado desde la línea de tres. El buen trabajo atrás permitió a los visitantes correr y recuperar el colchón de +20 de la primera parte (38-58). Y mejoraron prestaciones con respecto a la primera mitad, controlando mejor el balón y mostrando más fluidez en ataque. Tras unos minutos de parones por las lesiones del local David Ramírez y el visitante Pau Carreño, que recibió un golpetazo en el hombro derecho y no pudo volver a la pista, Círculo Gijón y UEMC CBCV firmaron un intercambio de golpes estéril que concluyó con los morados llegando al último asalto con una buena renta en su bolsillo (54-72). La mala noticia, sin embargo, volvió a llegar en forma lesión con la sufrida por el alero catalán, que regresó a Valladolid con el brazo en cabestrillo. Círculo Gijón se agarró al partido y trató de remontar con un parcial de 4-0 y mucha intensidad, pero rápidamente apagó el conato el cuadro del Pisuerga y amplió su ventaja con 23 tantos de renta (60-83). Aportando en todas las facetas del juego, Iñaki Ordóñez volvió a cuajar una actuación sobresaliente y puso los puntos en ese tramo que sirvió para encarar los últimos cinco minutos de juego con relativa tranquilidad. Una vez apagada la reacción, el cuadro asturiano no volvió a levantarse y el conjunto de David Barrio no dio tampoco ninguna concesión para ello. Manteniendo bien alto el listón físico y repartiendo minutos, también con un buena ración para los canteranos Íñigo Hansen y Lucas Barnes, el UEMC CBC amarró la victoria sin más sobresaltos en el tramo final y puso fin a la pretemporada con el tercer triunfo consecutivo. Victoria en Gijón por 80-98 y a la espera de poder confirmar el pase a dieciseisavos de final de la Copa España con un balance de 2-1. Y ahora sí, se acabaron las pruebas. El próximo sábado 4 de octubre a las 19.00 horas y en el Polideportivo Pisuerga, el UEMC CBC Valladolid iniciará la liga con la visita del CB Toledo al pabellón vallisoletano y dará comienzo la Segunda FEB 2025/2026. Ficha técnica:   80 – Círculo Gijón Baloncesto: Joseph Luke Reilly (20), Guillem Arcos (6), Tavin Anthony Pierre Philippe (17), Michael Okafor (0), Javier Menéndez (7) -quinteto inicial-. También jugaron: Samuel Antón (8), Alberto Díaz (5), Samuel Franco (7), Sharif Idris Igene (3), Jerónimo Bengui Luis (4), Luis Manuel de la Fuente (0) y David Ramírez (3). 98 – UEMC Club

84-82: El UEMC CBCV gana en su vuelta a casa

Feliz y exigida vuelta a casa para el UEMC CBC Valladolid. Tras un verano largo, el cuadro morado, con David Barrio al frente en su estreno en Pisuerga, se impuso al Clínica Ponferrada SDP en la segunda jornada de la Copa España y lo hizo tras un encuentro duro, competido y decidido por un brillante Pau Isern en la última jugada. El base catalán culminó una nueva actuación sobresaliente con una canasta sobre la bocina que le dio el triunfo a los vallisoletanos (84-82) y que ratifica la evolución del equipo a dos semanas de comenzar la liga. Casualidades del destino, el estreno de David Barrio en el banquillo de Pisuerga, de su ciudad y de su UEMC CBCV, llegó ante un equipo que conoce a la perfección tras dirigirlo cuatro temporadas: un Clínica Ponferrada SDP que venció en la primera jornada al Círculo Gijón y que llegaban a la cita también con bajas. Y para más inri, a los cinco minutos sumaron una más, esta puede que de gravedad. Fue la única nota funesta del derbi en Pisuerga. Cuando apenas habían transcurrido unas pocas posesiones, el visitante Marc Peñarroya cayó lesionado de la lesionado de la rodilla y tuvo que retirarse del partido. Tras la ovación de Pisuerga como muestra de respeto y mejores deseos para que no sea importante, ‘Ice’ Haney reanudó la acción con su primer triple y los locales afianzaron su ventaja (9-4). Un incisivo Pablo Martín, que también dio el susto en los compases finales con una dolencia en el tobillo, anotó varias canastas consecutivas penetrando desde fuera y encontrando el aro, mantuvo por delante a un UEMC CBCV sólido atrás y que llevó la batuta durante casi todo el primer cuarto. Siempre con ventaja, aunque mínima, los vallisoletanos amagaron con estirarse después de meter al Clínica Ponferrada SDP en bonus, pero el ritmo de juego cayó y un estirón de los bercianos dio la vuelta al marcador al término del primer periodo (19-21). Con las tornas igualadas, vallisoletanos y ponferradinos iniciaron unos minutos de alternativas en el marcador en un tira y afloja estéril para ambos. En este tramo David Barrio apostó por un quinteto ‘pequeño’, con Iñaki Ordóñez de pívot y Juanga al ‘cuatro’, continuando con probaturas propias de la pretemporada. Como también lo fueron las imprecisiones de los dos equipos por la carga física acumulada. Incapaz de poder correr y jugar con ritmo, el UEMC CBCV no pudo despegarse de un Clínica Ponferrada SDP muy serio, sólido y ordenado a ambos lados de la cancha. Dos triples consecutivos de los morados, uno de Fares Ochi y otro de Iñaki Ordóñez, interiores castigando desde lejos, abrieron brecha y distanciaron al Pucela (34-28), pero el cuadro blanquiazul aguantó el tirón y volvió a poner la igualada (40-40). Pero de nuevo el interior vasco y Pablo Martín, ambos con dobles dígitos de anotación al descanso, destacaron para dejar a los vallisoletanos con ventaja al descanso (46-40). Otra buena prueba de madurez Reanudando la marcha como lo dejó, el canterano Pablo Martín abrió la segunda parte con un triple desde la esquina (49-40). Brillante con y sin balón y también en labores alejadas de los focos, el ‘12’ estaba cuajando una gran actuación, aunque en el tercer cuarto el Pucela se paró. De nuevo sin ritmo y pesado de piernas, el cuadro del Pisuerga sufrió ante el buen nivel defensivo de un Clínica Ponferrada SDP que volvió a remontar y evitar la escapada (55-55). Aprovechando el bonus local durante muchos minutos, los bercianos fueron sumando desde la línea de personal para ponerse de nuevo a tiro y mantener el tira y afloja hasta la conclusión del tercer periodo (66-63). Las ardillas, con menos fluidez que en los últimos tests de pretemporada, aguantaron la ventaja y sumaron más minutos de competición y empaque de cara a la liga. El UEMC CBCV, así, encaró los últimos diez minutos con un colchón de solo tres puntos, pero con el hándicap a los 50 segundos de la expulsión de Fares Ochi con cinco personales. Varias de ellas y muchas en general inexplicables del todo, lo que incitó a Pisuerga a protestar y meterse en el partido. No era para menos, tres faltas cuando apenas se había cumplido un minuto de cuarto, sin referencia interior y al borde del bonus… otra vez. Ese contexto lo aprovechó a la perfección el cuadro leonés para golpear con un parcial de 0-6 (66-69) y obligar a David Barrio a pedir tiempo muerto. Los locales se activaron de inmediato, cerraron el aro y una brillante acción de Iñaki Ordóñez, que se fue hasta los 17 puntos, puso a las ardillas otra vez por delante (70-69). Fue ahora Oriol Pozo quien paró el choque y llamó a filas a los suyos. Desde entonces se sucedieron las alternancias y ningún equipo fue capaz de abrir brecha, llegando a la última jugada con todo por decidir. Entonces apareció Pau Isern, brillante durante todo el encuentro y resolutivo. Los morados, así, llegaron a los últimos 13 segundos con tres tantos de ventaja (82-79) y bola para el Clínica Ponferrada SDP. A pesar de la buena defensa local, el foráneo Sergio Romero anotó de tres a la salida de un bloqueo y puso el empate a 82 con solo 3 segundos restantes en el crono. Asumió galones el base catalán, amagó con ir directo hacia el aro, pero decidió con una suspensión desde 5 metros y a pesar de la oposición de su par. Chof. Triunfo copero para el UEMC CBCV y nuevo paso adelante en su puesta a punto, con la única nota negativa en la lesión del visitante Marc Peñarroya y el susto del tobillo de Pablo Martín (quien terminó con 15 tantos), el cual, en principio, no reviste gravedad. El UEMC CBC Valladolid de David Barrio pondrá el punto final a la pretemporada este sábado 27 a las 20.00 horas en la cancha del Círculo Gijón. Ficha técnica: 84 – UEMC Club Baloncesto Ciudad de Valladolid:

86-87: El UEMC CBCV suma un triunfo prometedor y muchos minutos de calidad

Segundo test completado para el UEMC CBC Valladolid de David Barrio, que lo rubricó con sobresaliente en la pista del Súper Agropal Palencia (86-87). Apenas 48 horas del partido de Copa de España en la pista de la Cultural y Deportiva Leonesa y ahora frente a un rival de una categoría superior, los morados volvieron a dejar síntomas de crecimiento y brotes verdes, compitieron de tú a tú en todo momento, ofrecieron muchas y muy buenas noticias y las bordaron con una prometedora victoria. Estas, de índole colectiva e individual. De todo tipo. Entre ellas, el nivel de intensidad defensiva del UEMC CBCV, el trabajo atrás y la capacidad para competir y mostrar solidez a pesar de estar dando los primeros pasos. Y particularmente, el sobresaliente rendimiento de Pau Isern, la poderosa dupla de pívots conformada por Ochi y Taiwo, el brillante trabajo y los puntos de Pablo Martín e Iñaki Ordóñez, la rápida adaptación de los artilleros estadounidenses y el desparpajo y papel de los canteranos, tanto en el día a día como ya en partidos de entidad. En Palencia, todo quedó reflejado en la pista y ratificado en el marcador. En la vecina capital palentina, los dos equipos disputaron un encuentro de preparación cuya recaudación íntegra, junto con lo recolectado en una rifa solidaria, se destinará a distintos proyectos de recuperación en la localidad de San Pedro de Cansoles, Guardo, tras los devastadores incendios que ha sufrido la Montaña Palentina en las últimas semanas. Con ese importante componente social como principal condicionante, plasmando la buena sintonía entre ambos clubes y ciudades, palentinos y vallisoletanos se midieron en una nueva prueba que dejó de nuevo visos positivos para los del Pisuerga. Entre otras cosas porque independientemente de la victoria, que lo pone todavía más en valor, el UEMC CBCV se presentó al examen con las conocidas bajas de Carreño y Marín, además de la de Juan García-Abril por precaución. Ante esa tesitura, David Barrio completó la convocatoria con los canteranos Íñigo Hansen, Juan Rodríguez Neri, Pablo Hernández Blanco y Lucas Barnes. Todos dispusieron de minutos de entidad. Cuatro chicos de la casa que se sumaron a los siete profesionales sanos del primer equipo, con una media de edad, centímetros y kilos muy lejos de lo que ponía en liza el Súper Agropal Palencia de Natxo Lezkano. Y apenas 48 horas después del derbi copero en León. Pero con todo y con eso, los pucelanos volvieron a ofrecer brotes verdes y síntomas de crecimiento. Con un único cambio con respecto al envite ante la Cultural y Deportiva Leonesa, el de Pablo Martín como titular en lugar de Jacob Hanna, el cuadro visitante le miró a la cara a todo un Súper Agropal Palencia durante todo el primer cuarto y fue mandando durante muchos minutos. En buena parte merced al nivel defensivo de los foráneos, a la excelente dirección de Pau Isern y la capacidad de sumar en la pintura de Fares Ochi e Iñaki Ordóñez. Del 1-5 al 8-15, prácticamente siempre con mando pucelano, y primer tiempo muerto del duelo solicitado por Natxo Lezkano. En ese punto mejoraron los palentinos de manera notable y reanudaron la marcha con un parcial de 8-0 que cortó Pablo Martín con un triple desde la esquina. David Barrio movió el árbol y dio descanso a Pau Isern con el canterano Juan Rodríguez Neri ejerciendo de base, quien ya tuvo minutos en León el domingo, y a quien se sumó minutos después Lucas Barnes en su debut con el UEMC CBCV. Uno más de la casa a la lista de estrenos oficiales, ejerciendo de ‘tres’ y con los visitantes concluyendo el primer acto con ventaja (19-21). Con Fares Ochi en el banquillo, Sam Taiwo también brilló con puntos en la zona y dejó patente que el UEMC CBCV dispone de una pareja de pívots sobresaliente. Por ponerlo en contexto, en frente de los vallisoletanos se erigía un Súper Agropal Palencia de una categoría superior y candidato al ascenso a la Liga Endesa, que cuenta con una semana más de rodaje, más partidos en sus piernas y con ocho jugadores que repiten con respecto a la pasada temporada. Ahí es nada. Pero sin reblar, los del Pisuerga, que dieron continuidad al buen primer cuarto con un notable segundo… tercero y cuarto. El derbi se movió en márgenes cercanos a los cinco puntos hasta el descanso, con alternativas y ambos equipos haciendo pruebas y rotando sus quintetos. La intensidad defensiva del UEMC CBCV permitió seguir el ritmo de un Palencia plagado de puntos y armas, y en ataque el buen juego permitió encontrar canastas bajo el aro. La puntería desde el triple también acompañó a unas ardillas que alcanzaron el tiempo de asueto compitiéndole a los palentinos de tú a tú y cinco abajo (50-45). Victoria para poner el broche al trabajo Pero con una rotación inferior y las bajas, el paso de los minutos se antojaba como otro de los hándicaps a tener en cuenta, pero el UEMC CBCV no lo permitió. Los de Natxo Lezkano salieron con una marcha más, pero los foráneos aguantaron el tirón y un triple de ‘Ice’ Haney, el enésimo y que le sirvió para superar la decena de puntos (12), mantuvo a las ardillas en la pelea (63-58). Todo lo que fuera alargar los minutos competidos y la pelea de igual a igual, era ya una victoria en sí para la pretemporada vallisoletana. Esa lucha igualada se mantuvo hasta recta final del derbi, decidido por un solo punto. 70-66 llegaron los de David Barrio al término del tercer asalto y en desventajas cercanas a los 4 tantos estuvieron hasta que restaban 5 minutos de juego. La máxima desventaja llegó a ser de ocho, nada importante, nada insalvable, noticia positiva de por sí dado el contexto. Y en esos minutos finales, el UEMC CBCV dio un golpe sobre la mesa y se puso por delante para no ceder la ventaja más. A todas las buenas noticias reseñadas y mostradas, se

96-87: El UEMC CBCV cae en su primer test de pretemporada

No pudo lograr la victoria el UEMC CBCV en su primer test de la pretemporada y estreno de David Barrio al frente del equipo. El cuadro morado cayó en su visita a la Cultural Leonesa en un encuentro de Copa España que llegó a dominar por hasta 26 puntos y dividido en dos partes diametralmente opuestas y dictaminadas por la falta de gasolina del Pucela. Una primera, dominada por los visitantes con un nivel soberbio de defensa y rebote (34-52 al descanso); y una segunda, de claro color rojo con un festival de triples (11/18 desde el perímetro) y mejor tono físico ante unas ardillas justísimas de fuerzas y efectivos. El primer test, pese al resultado, dejó un buen número de conclusiones positivas, como el nivel de intensidad y trabajo atrás de los primeros veinte minutos, sello de identidad y hoja de ruta a seguir durante curso, así como los debuts de Íñigo Hansen y Juan Rodríguez Neri con el primer equipo. Dos vallisoletanos y canteranos que han pasado por todas las categorías inferiores del Club, con minutos oficiales en el UEMC CBCV. Con seis canteranos y todos ellos locales conformando el plantel, David Barrio apostó por un ‘cinco’ titular formado por Isern, Haney, Hanna, Ordóñez y Fares Ochi en su estreno. Y fue el tirador ‘Ice’ quien puso los primeros puntos de esta etapa con un dos más uno para culminar el contraataque. Sólido y voluntarioso, el cuadro vallisoletano rayó a un nivel excelso en defensa y no tardó en plasmar sus señas de identidad: trabajo atrás y una intensidad innegociable. El inicio fue tan bueno que del 2-0 inicial se pasó al 2-7 y tras sellar el aro propio, los visitantes se distanciaron hasta un formidable +10 a las primeras de cambio (4-14). Luis Castillo solicitó el primer tiempo muerto cuando aún restaban seis minutos del cuarto, pero la renta creció hasta los 16 que cerraron el periodo inaugural a base de defender, dominar el rebote y correr (13-29). Superlativo, el UEMC CBCV firmó 10 minutos sobresalientes y muy ilustrativos, la mejor noticia a estas alturas de la película. Con la consigna clara, los pucelanos no bajaron ni un ápice el nivel de contacto y energía para aguantar la espera reacción leonesa. David Barrio suplió la baja de Pablo Marín dando galones de base a Jacob Hanna cuando Isern, espectacular en su vuelta a León, descansaba, y movió mucho sus piezas exteriores para paliar también la ausencia de Pau Carreño. Sin dos de los profesionales, la rotación morada estaba compuesta por 8 jugadores y cuatro canteranos, algo que a la postre pasó factura. Amén de  la carga física de las primeras semanas de curso. A nivel colectivo, las ardillas hicieron colchón y superaron los 20 puntos de ventaja (17-29) manteniendo la línea del primer cuarto: defensa formidable, solidez en el rebote y velocidad para sumar puntos. Y también un excelente juego de pases y orden para anotar también en estático. Pero la Cultural y Deportiva Leonesa despertó e igualó el nivel de intensidad impuesto para iniciar la reacción. Los de Luis Castillo se acercaron hasta los 14 puntos (29-43), David Barrio no tardó en pararlo con su primer tiempo muerto y también hizo reaccionar a los suyos. Desde entonces, parcial de 5-9 y fin de la primera parte mandando con solvencia (34-52). Los leoneses, con más piernas y puntería Espoleados por su paulatina mejoría, la Cultural y Deportiva Leonesa reanudó la marcha con mucha más puntería que en la primera mitad (3/18 en triples) y aprovechó dos zarpazos de tres para castigar la ya visible falta de piernas del Pucela (42-54). De hecho, los de Luis Castillo revirtieron las tornas por completo, espoleados por su público y con mayor frescura, y se pusieron a 5 (55-60) después de muchos, muchos minutos por detrás. Los vallisoletanos aguantaron a duras penas el chaparrón de triples y de continuos tiros libres (¡hasta 16 lanzados en el tercer cuarto!) que fueron sumando los rojiblancos, y llegaron a los últimos diez minutos ya sin ventaja alguna. Tablas, 66-66, igualdad y a por el último asalto de un partido copero que se iba a decidir en diez minutos… ya con el depósito entrando en la reserva y el piloto encendido. Juan Rodríguez Neri, incorporado a la pretemporada del equipo esta última semana, debutó con el primer equipo de su ciudad y disputó minutos en la recta final del tercer cuarto, y anteriormente Íñigo Hansen hizo lo propio en el segundo. Más buenas noticias que sumó el derbi en León. Entre tanto, los locales abrieron el último periodo con otros dos triples seguidos que encarrilaron su triunfo. Desatados los locales y tiesos los visitantes, el partido ya no cambió de inercia y los rojiblancos siguieron sumando de tres en tres hasta sellar el triunfo (96-87). El UEMC CBCV, así, no pudo sumar la victoria en el estreno de David Barrio al frente y primer partido del equipo, pero dejó visos positivos y señas prometedoras para lo que está por venir. El derbi y la primera jornada de la Copa España se quedaron en la cancha de la Cultural y Deportiva Leonesa, y los vallisoletanos volverán a jugar este martes a las 20.30 horas en la cancha del Súper Agropal Palencia un nuevo encuentro preparatorio.   Ficha técnica: 96 – Cultural y Deportiva Leonesa: Diego Bultó (6), Jaime Llamas (15), Dylan Zachary Hayman (15), Majok Nuul Deng (11), Max Owen Amadasun (8) -quinteto inicial-. También jugaron: Pablo Orenga (4), González (0), Iglesias (-), Dídac Cebolla (11), Adrià Domínguez (6), Eric Van Der Heijden (5) y Rodrigo Llamas (15). 87 – UEMC Club Baloncesto Ciudad de Valladolid: Pau Isern (21), Isaac ‘Ice’ Haney (16), Jacob Hanna (4), Iñaki Ordóñez (7), Mohamed Fares Ochi (8) -quinteto inicial-. También jugaron: Samuel Taiwo (10), Lucas Barnes (-), Juan García-Abril (11), Juan Rodríguez Neri (3), Íñigo Hansen (0), Pablo Martín (7) y Pablo Hernández Blanco (-). Parciales: 13-29, 21-23 (34-52 al descanso), 32-14 (66-66) y 30-21 (96-87 final). Árbitros: Pellitero

65-77: El UEMC RVB cae a Segunda FEB en una noche aciaga

Tras ocho temporadas en la ahora Primera FEB, el UEMC RVB consumó su descenso a Segunda FEB tras una noche aciaga en todos los sentidos. Ante el Hestia Menorca, en un duelo al todo o nada y con la vida en juego, el cuadro blanquivioleta no ofreció una buena versión y fue siempre a remolque del rival, que tuvo más acierto y gestionó mucho mejor el aspecto físico y emocional hasta llevarse la victoria y la permanencia con total justicia. Los vallisoletanos estuvieron negados en el tiro (6/29 triples) y terminaron rotos, literal, física y mentalmente, hasta certificar la derrota que consuma el descenso (65-77). Y lo cierto es que no fue el día en todos los sentidos. Todo lo que pudo salir mal, salió mal, a pesar de que en Pisuerga se dieron cita 6500 personas con un recibimiento a la altura del partido. Pero ya desde que se lanzó la bola al aire, fue Hestia Menorca quien gestionó mejor los aspectos que decantaron el partido, especialmente el acierto y el emocional en los momentos críticos. En un inicio de nervios, lógico por lo que había en juego, las primeras posesiones se saldaron con fallos en ambos lados de la pista. El artillero Jalen Cone puso la primera del partido y abrió la lata de tres, pero Jaan Puidet a continuación también anotó buscando el aro y estrenó al Pucela (2-3). Esa tensión mantuvo a los locales atenazados de inicio durante varias posesiones, tramo que aprovecharon los isleños para hacerse con la primera ventaja del partido tras otro triple de David Gómez y un ‘dos más uno’ del incombustible Arteaga (2-9). Desde entonces prácticamente no la cedieron. En los primeros cinco minutos el saldo de puntos de las ardillas era pobre, muy pobre con 4 puntos, lo que mantenía a los menorquines con una buena renta (4-12). Poco a poco se fue liberando el cuadro de Alejandro Paniagua y de la mala selección de tiro, quizá por el exceso de ímpetu y revoluciones, se pasó al orden y a la velocidad que querían imponer los castellanos. Así, la remontada parcial se fraguó con un buen nivel defensivo que permitió correr y sumar en transición. Imponiendo ese ritmo el UEMC Pucela Basket se puso a dos (10-12) con la segunda unidad en cancha, metiendo además en bonus a los visitantes, que terminaron muy cargados el primer cuarto con 8 personales. Ese trabajo de pico y pala, de robar y sacar rédito de los tiros libres, permitió a los vallisoletanos salvar la primera desventaja peligrosa y finalizar el primer asalto con empate técnico (19-19). Tablas en el primer asalto. Esa igualdad se mantuvo y en ese tramo de alternancias el Pucela gozó de su primera ventaja tras una nueva acción positiva de Mballa bajo el aro (24-23). El ala-pívot, un filón cerca de la pintura, se erigió como una fuente de puntos y faltas que bien aprovecharon los locales. Pero los de Javi Zamora no se amedrentaron por el ambiente ni por la reacción local. Un triple de Cone volvió a poner a los isleños por delante (24-26), aunque al poco cometió su tercera falta personal y acabó en el banco. No fue un hándicap para los de Bintaufa. Inicialmente esa ausencia no se tradujo en el marcador, pero con el paso de los minutos sí acabaron poniendo tierra de por medio. Hestia Menorca mantuvo un nivel de acierto altísimo desde el perímetro y su séptimo triple (de 11 intentos, por el 1/8 local), precedió a primer tiempo de la contienda. Alejandro Paniagua pidió la tregua con 24-32 y seis minutos restantes para el descanso para mover ficha y contrarrestar a los menorquines, jugando un mejor baloncesto, moviendo la bola y encontrando buenas situaciones de tiro. La reacción no llegó y apenas tres minutos después, el preparador local tuvo que pararlo de nuevo con los visitantes recuperando el +10 (26-36). Sin defensa el UEMC RVB no podía correr y sin contraataques, no veía el modo de anotar. Atascados, los castellanos sufrieron mucho en el segundo cuarto ante un fantástico Hestia Menorca, que jugó muy suelto y encontró el premio del acierto. Y con todo y con eso, sin brillo ni acierto, los castellanos encontraron un poco de chispa cuando languidecía la primera parte hasta recortar la desventaja a solo cinco puntos (31-36). La mejor noticia era esa, precisamente, que con una diferencia abismal en el tiro (2/14 por 7/15 en triples), la desventaja era de solo cinco. El UEMC RVB, roto, consuma el descenso Pero no era suficiente consuelo. Había que mejorar mucho para dar la vuelta a la situación y no fue así. A tirones, sin encontrar continuidad y atados con el ritmo que impuso un Hestia Menorca resguardado en zona ante la falta de acierto exterior, los blanquivioleta no pudieron desatascar la ofensiva. De hecho, el segundo triple del Pucela llegó tras 25 minutos de juego, obra de un Mike Torres que anotó dos seguidos para iniciar el enésimo pero no último conato de remontado (41-45). Pero los foráneos siempre encontraban soluciones y la réplica ante la falta de continuidad local. Sergio Llorente, de tres, y McDonnell, con un dos más uno, dieron otro mazazo a un UEMC RVB que se veía abocado a remar de nuevo. E impotente ante la falta de ritmo y de encadenar tres o cuatro acciones positivas. A remolque, sin rendirse e intentándolo de todas las formas posibles, los de Alejandro Paniagua iban entrando en la reserva y jugando contra el crono. A falta de 10 minutos por jugarse, con todo en juego, la desventaja era de 7 (50-57 y un demoledor 4/21 en triples). Samkelo Cele se echó el equipo a las espaldas e intentó liderar la remontada, anotando ocho puntos casi consecutivos para encender a Pisuerga (58-61), que por fin recibía un poquito de los suyos. Era el primer gran parcial del partido, y ahí lo paró Javi Zamora con un tiempo muerto que acabó siendo capital. A gritos de ‘sí

95-84: El UEMC RVB cae en Ourense y se lo jugará todo en la última jornada

El UEMC Real Valladolid Baloncesto se jugará la permanencia en la última jornada ante Hestia Menorca y al todo o nada. Los blanquivioleta no pudieron asaltar el Pazo de un Aircargobooking Ourense superior, que dominó prácticamente durante todo el partido y que se impuso con justicia (95-84). Los de Alejandro Paniagua, de nuevo con 10 jugadores debido a las bajas de Kovacevic y Vucetic, no tuvieron la energía, el acierto y el nivel defensivo necesario para lograr la victoria en una cancha históricamente complicada para los vallisoletanos, y se ve abocado a una final contra los menorquines en la que uno se salvará y otro caerá a Segunda FEB. En caso de haber logrado el triunfo en suelo gallego, la permanencia sería matemática, pero el UEMC RVB no pudo ante un Aircargobooking Ourense que fue mejor y lo demostró desde que se lanzó la bola al aire. Así, la empresa no comenzó nada bien para el UEMC RVB, dormido de inicio y a merced de un rival más enchufado y que abrió la contienda con un contundente 10-0. Tras apenas dos minutos y medio de juego, los locales ya habían abierto brecha y Alejandro Paniagua se vio obligado a pedir tiempo muerto para tratar de despertar a los suyos. Dicho y hecho. El Pucela reanudó el partido con otra chispa, como la mostrada en la última victoria ante Cartagena, y cortó el parcial orensano con dos canastas consecutivas (10-4). El tercer triple de Ben Krikke, desatado en el inicio, mantuvo las distancias, pero los del Pisuerga continuaron mejorando y subiendo marchas. Un triple de Juanga puso a las ardillas a seis (13-7), una desventaja ya mucho menor, aunque los de Moncho López volvieron a pegar otro estirón castigando al contraataque (18-9). Con los gallegos en bonus, la segunda unidad en pista y un Dani Manchón estelar en ese rol revolucionador, el UEMC RVB se puso el mono de trabajo, apretó en defensa y terminó el cuarto por delante por primera vez en el partido (22-23). Los vallisoletanos comprendieron que el triunfo pasaba por la defensa y para muestra un botón: prácticamente los mismos puntos encajados en los primeros tres minutos de partido (12) que en los siete siguientes (10). La teoría estaba clara, pero faltaba plasmarlo sobre el parqué y en el segundo periodo volvieron a salirse de la línea durante unos minutos. Dos canastones de Mike Torres mantuvieron el pulso anotador que proponía Aircargobooking Ourense (28-28), pero a base de ‘dos más unos’ los locales volvieron a distanciarse. El cuadro de Moncho López se fue hasta los ocho puntos (37-29) aprovechando esas concesiones de un UEMC RVB que se despistó, y Alejandro Paniagua tuvo que volver a pararlo. Esta vez los suyos no reanudaron la marcha superando a su rival, pero sí igualando el tono físico y enfriando la inercia local. Aircargobooking Ourense, aprovechando la superioridad física de sus aleros grandes y buscando el aro desde posiciones interiores, mantuvo la ventaja y alcanzó el descanso 11 arriba ante un Pucela Basket combativo y que no se vino abajo tras el parcial encajado (50-39). Sin piernas ni argumentos para dar la vuelta al partido De nuevo a remolque, a las ardillas les tocaba levantarse otra vez e imponer un mejor nivel defensivo. 50 eran muchos puntos y una proyección nada halagüeña para opositar a la victoria, y por ello el UEMC RVB inició la segunda parte más voluntarioso atrás. Los de Alejandro Paniagua abrieron el tercer acto con un parcial de 0-4 y Samkelo Cele de inicio en pista para contrarrestar el físico de los exteriores locales. No tuvo continuidad esa buena puesta en escena tras el paso por vestuarios. Los visitantes encadenaron varias pérdidas, se atascaron en ataque y Aircargobooking Ourense golpeó desde el triple con Lisboa y Krikke para pegar un nuevo estirón y subir el listón de la máxima diferencia hasta el momento (58-43). Y tampoco se fue a la lona el UEMC RVB, aunque con una rotación de diez jugadores cada vez costaba más reponerse. Las ardillas aguantaron el chaparrón y los puntos de Dani Manchón (terminó con 20 tantos en su hoja de servicios) mantuvieron la desventaja cerca a los 10 puntos (67-55) para llegar con opciones al último asalto. Y a pesar de que el tira y afloja entre orensanos y vallisoletanos se mantuvo durante buena parte del tercer, un buen último minuto de los locales aumentó de nuevo esa desventaja y complicó la causa a falta de solo diez minutos por disputarse (72-57). Justos de piernas y en una tarde-noche sin mucho brillo ni acierto, el UEMC RVB necesitaba encontrar una importante fuente de puntos para tratar de dar la vuelta al partido. Y justo en ese momento emergió la figura de Eric Demers, desatado en el último triunfo ante Cartagena e inédito en Ourense hasta ese momento. Dos triples casi consecutivos del americano recortaron parte de la desventaja (75-65) y los de Alejandro Paniagua iniciaron un nuevo conato de remontada. Los de Moncho López, sin embargo, se encomendaron a un Charles Barton absolutamente diferencial en esta categoría (17 tantos) y certero en esas posesiones clave del partido. Alternando entre los 10 y los 15 puntos de desventaja siempre, en un toma y daca constante, el cronómetro jugaba en contra de un UEMC RVB que lo intentó de todas las formas posibles y hasta el final, pero que no tuvo el acierto ni el nivel defensivo ni la solidez en el rebote para optar a la victoria. Así, los gallegos aprovecharon el colchón previamente logrado, administraron bien las posesiones decisivas y no le permitieron al Pucela luchar por el triunfo en los últimos minutos. El resultado final fue de 95-84 para un Aircargobooking Ourense superior. El UEMC Real Valladolid Baloncesto cerrará la temporada el próximo viernes a las 21.00 horas recibiendo al Hestia Menorca en la final finalísima por la permanencia, tras la cual uno de los dos se quedará en Primera FEB y otro quedará relegado a la Segunda FEB.  

86-75: Derroche de deseo por la permanencia

Sin Kovacevic ni Vucetic por lesión. Sin apenas descanso después de jugar el miércoles y tres partidos en apenas ocho días. Sin casi reacción tras un relevo en el banquillo… pero el UEMC RVB ofreció un derroche de deseo por la permanencia y lo dejó todo para imponerse al Odilo FC Cartagena CB, una de las revelaciones de la temporada. Tras una exhibición defensiva y una labor coral, con mención especial al estelar Eric Demers (28 puntos con 8 triples), Alejandro Paniagua se estrenó en el banquillo del Pisuerga con una victoria, la undécima del curso, trascendental para seguir creyendo y dando argumentos para la permanencia. No era sencilla la papeleta por todo lo que al UEMC RVB se refiere, y mucho menos teniendo en cuenta el rival que se presentaba en Pisuerga. Un recién ascendido que está en puestos de playoffs por derecho propio, aún con bajas también, pero la revelación junto con el Caja Rural CB Zamora era el rival que visitaba suelo vallisoletano en buena racha. Pero el Pucela dio una exhibición en muchos aspectos del juego y completó, quizá, uno de los mejores encuentros de la temporada. Con mucho ritmo y acierto presentaron sus credenciales tanto UEMC RVB como Odilo FC Cartagena CB en la penúltima jornada de liga. Los locales, más cómodos corriendo y anotando en transición; y los visitantes, con el interior Ugochukwu capitalizando las primeras posesiones, firmaron un inicio igualado y vertiginoso (6-6). Pero rápidamente los de Alejandro Paniagua se hicieron con el mando para no cederlo y mejoraron progresivamente. Demers, Mballa (firmó 18 tantos y 9 rebotes) y Torres brillaron en los primeros minutos con un UEMC RVB tirando de rotaciones cortas para paliar la falta de efectivos ante las ausencias de Vucetic y Kosavevic por lesión. Así, colgándose al contraataque por segunda vez, un mate del ala-pívot francés puso el primer estirón local (11-7) y los vallisoletanos tomaron la delantera para no perderla hasta el final. Con la segunda unidad en pista, gestionando esfuerzos y moviendo constantemente el quinteto, el conjunto del Pisuerga, pragmático y vertiginoso al contraataque, puso tierra de por medio y terminó el primer acto con un botín de 9 puntos (25-16). La buena defensa del pick and roll generó muchos problemas al cuadro murciano saltando a los 2×1, permitió a las ardillas robar, correr y distanciarse con un baloncesto rápido, dinámico y práctico. Aunque se atascó por momentos el UEMC RVB, los blanquivioleta mantuvieron a raya al Odilo FC Cartagena CB con un inmenso Josh Mballa finalizando cerca del aro, un triple de Eric Demers y manteniendo muy alto el listón defensivo (34-26). Ahí lo paró el visitante Jordi Juste con el primer tiempo muerto de la partida. Los murcianos reajustaron y mejoraron de inmediato, subiendo líneas atrás y aprovechando las pérdidas locales para responder con un parcial de 0-8 (34-32). Turno entonces de Alejandro Paniagua para hacer lo propio apenas dos minutos después, apostando entonces por un quinteto pequeño con Juanga al ‘cuatro’ y devolviendo la dirección del equipo a Mike Torres. Y así reaccionó con presteza el Pucela, parando el parcial de los cartageneros y cimentando de nuevo su renta merced a otros dos triples de Eric Demers, que se fue hasta los ¡8!. El norteamericano dio un paso adelante importante y asumió galones para liderar el estirón previo al descanso y que dejó a los blanquivioleta siete arriba (46-39). Trabajo defensivo y en el rebote superlativo Pudieron ser más los tantos de ventaja, pero las pérdidas evitables del segundo cuarto y un arbitraje tétrico (el enésimo) ajustaron las tornas y dejaban todo abierto para la segunda parte. Pero lo cierto es que el UEMC RVB había firmado una primera francamente buena. Jugando de forma práctica, fácil, encontrando buenas situaciones, sólidos en el rebote y en defensa… solo quedaba refrendarlo durante dos cuartos más. Y vaya si lo hicieron los pupilos de Alejandro Paniagua y Álvaro Díaz. El UEMC RVB regresó de vestuarios con otra marcha, con una actitud encomiable, luchando cada balón y enchufadísimos. La clave radicaba en ver si una rotación de 10 jugadores iba a tener combustible suficiente para lo que quedaba, más aún teniendo en cuenta que era el tercer partido en ocho días, pero Pisuerga también ayudó y empujó a los suyos. El cuestionable arbitraje hizo de acicate y colaboró en ese ambiente hostil que aprovechó el cuadro local para seguir distanciándose. Amén de una técnica contra el banquillo local que encendió al respetable, sobre la pista Demers y Mballa echaron más gasolina con dos triples y un mate para abrir brecha (59-47). Terminó de encenderse un Pisuerga enfervorecido. El choque iba de parciales y de nuevo fue Jordi Juste quien tuvo que pararlo. Y otra vez, con rápida reacción cartagenera. El UEMC RVB entró en barrena durante varias posesiones, pero la intensidad y agresividad hicieron que Odilo FC Cartagena CB entrara en bonus con 4 minutos por jugarse. Un triple de Agustí Sans cortó el parcial de 0-5 visitante (62-52) y Dani Manchón aprovechó esos minutos de locura que tan bien gestiona el palentino para hacer caja desde la línea de personal y mantener la ventaja por encima de los diez puntos (68-56). A pesar de los problemas en el rebote y las segundas oportunidades que sacaron los murcianos, el equipo de Alejandro Paniagua resistió los envites foráneos y llegó al último asalto 11 arriba (68-57). También con bajas Odilo FC Cartagena CB, en los últimos minutos iba a ser clave gestionar esfuerzos y ver quién tenía más piernas. Lo que sí demostraron las ardillas es que, con actitud y corazón, poco importaba el depósito y paliaron todo eso con un derroche de deseo. La buena gestión desde el banquillo también fue trascendental, con rotaciones cortas todo el partido y dando descansos programados. Esa guerra de desgaste recogió sus frutos en el periodo decisivo. El ímpetu local sacó tres faltas al cuadro murciano en apenas dos minutos y la sombra del bonus amenaza a los de Jordi Juste,

105-69: El UEMC RVB cae superado en Oviedo

El UEMC Real Valladolid Baloncesto cayó superado claramente en su visita al Pumarín de un Alimerka Oviedo Baloncesto (105-69) que mandó de principio a fin y que rompió el partido en el tercer cuarto. Los blanquivioleta no tuvieron la noche y no les salió nada en ataque, defensa ni en la lucha por el rebote, al contrario que los ovetenses, desatados desde el perímetro (15/35 en triples), más intensos y que aprovecharon el último cuarto para darse un festín. Sin Maj Kovacevic por lesión, el conjunto vallisoletano no pudo seguir el ritmo y cedió en una jornada en la que, al menos, el resto de rivales directos por la permanencia tampoco sumaron. Los visitantes, de más a menos, aguantaron el tirón de inicio ante un rival tremendamente certero desde que se lanzó la bola al aire. Samkelo Cele capitalizó las primeras posesiones del UEMC RVB y puso los primeros siete puntos de los blanquivioleta para igualar el buen inicio ovetense (7-7). Con más acierto y encontrando mejores situaciones de tiro, los de Javi Rodríguez llevaron la voz cantante en un inicio de ritmo, intensidad y puntos. Además de los problemas en defensa para contener al Alimerka Oviedo, el Pucela sufrió para cerrar el rebote y los locales se apoyaron en las segundas oportunidades y su acierto para escaparse paulatinamente. El cuarto triple carbayón, obra de un Valinotti que se fue hasta los 9 puntos, obligó a Iñaki Martín a pedir el primer tiempo muerto del choque para frenar la escapada ovetense (20-11). Nada más lejos de la realidad. El tercer zarpazo de tres del base argentino hizo que los del Pumarín prácticamente doblasen al cuadro visitante (25-13) y el quinto de los asturianos puso máxima de 15 puntos (28-13), pero la irrupción y conexión Manchón-Mballa recortó distancias en la recta final del primer cuarto (28-19). Teniendo en cuenta que el conjunto ovetense había anotado 6 triples (de 12 intentos) y doblaba en rebotes a los vallisoletanos (12-6), que la desventaja estuviera por debajo de los 10 era una buena noticia. Pero la tímida reacción pucelana quedó ahí. Los de Javi Rodríguez continuaron con más actividad atrás y acierto para volver a abrir brecha (33-19) ante un atascado UEMC RVB que no encontraba el camino hacia el aro. Pero resistieron los castellanos en el día de su comunidad. Las ardillas aguantaron el chaparrón y encontraron una vía de anotación con el bonus de Alimerka Oviedo Baloncesto, que llegó para condicionar su agresiva defensa y con cinco minutos por jugarse hasta el descanso (35-23). Poco a poco, sin hacer mucho ruido ni grandes parciales volvió al rebufo el UEMC RVB (41-33), aunque nuevamente el acierto del perímetro carbayón y el rebote ofensivo alejaron a los locales. El décimo triple del equipo asturiano (de 23 lanzamientos… por solo uno de las ardillas) cayó para darles otro estirón y esta vez mantuvieron la renta hasta el descanso (48-33). Oviedo rompe en el tercer cuarto Era una desventaja importante, sí, pero no insalvable, más aún teniendo en cuenta las últimas remontadas del UEMC RVB y el acierto inusitado de Alimerka Oviedo Baloncesto. Si remitía el chaparrón podía haber opciones, aunque los de Iñaki Martín debían mejorar y mucho en ataque y a la hora de cerrar el rebote. Demasiadas asignaturas pendientes y puntos recibidos que no encontraron solución tras el paso por vestuarios. Todo lo contrario. El equipo de Javi Rodríguez reanudó la acción varias marchas por encima de un UEMC RVB que no pudo frenar la hemorragia del perímetro ni encontró orden en ataque. Así, un parcial de 10-2 en un visto y no visto puso tierra de por medio entre ambos conjuntos y obligó a Iñaki Martín a parar el duelo apenas tres minutos después del descanso (58-35). Pero ya no hubo reacción, ni el conjunto asturiano dio pie a ello ni los castellanos pudieron reaccionar. Los de Javi Rodríguez olieron la sangre e hicieron caja para afrontar los últimos diez minutos con el partido en su mano (72-48). Sin opciones y reservando fuerzas para la antepenúltima final de la temporada, la que afrontarán los pucelanos en apenas 72 horas, el UEMC RVB capituló y terminó cayendo por 105-69 en su visita al Alimerka Oviedo Baloncesto, que se dio un festín. El consuelo, si cabe, radica en que el resto de los rivales directos por la permanencia no sumaron y la pelea se mantiene igual a falta de solo tres jornadas por disputarse. El UEMC Real Valladolid Baloncesto cerrará la serie de tres partidos en ocho días y regresará al Polideportivo Pisuerga con una nueva final ante el Odilo FC Cartagena el sábado 26 de abril a las 19.00 horas. Ficha técnica: 105 – Amics Castelló: Joaquín Valinotti (21), Raúl Lobaco (16), Francisco Amarante (9), Robert Cosialls (6), Ike Nweke (12) -quinteto inicial-. También jugaron: Loïc Menuge (7), Steven Verplancken (16), Alonso Faure (6), Marc Martí (8) y Lucas Langarita (4). 69 – UEMC Real Valladolid Baloncesto: Mike Torres (7), Eric Demers (2), Samkelo Cele (14), Shemar Wilson (8), Vasilije Vučetić (8) -quinteto inicial-. También jugaron: Juan García-Abril (0), Jaan Puidet (3), Dani Manchón (8), Gert Suvi (2), Agustí Sans (0), Sergio de la Fuente (5) y Josh Mballa (14). Parciales: 28-19, 20-14, 24-15 y 33-21 (105-69 final). Árbitros: Zafra Guerra, Palanca Page y Remisa Tramuns. Incidencias: Partido correspondiente a la trigesimoprimera jornada de la Primera FEB, disputado en el Polideportivo de Pumarón de Oviedo el miércoles 23 de abril de 2025.